Grimorio Espiritual del Alimento Original
Carta I — La
Manzana
La que ofrece el umbral del conocimiento
Fue la primera en ser mordida.
Y por eso, es también la primera en ser
comprendida.
La manzana no es solo fruta.
Es símbolo de elección.
De deseo.
De dualidad.
De conciencia que despierta… aún cayendo.
Fue ofrecida como tentación,
pero en realidad era un espejo.
Y quien la mordió, no cayó:
entró en la forma, para aprender a
volver.
Principio Original:
Conocimiento que exige responsabilidad.
El alma que decide ver, aunque duela.
La sabiduría encarnada en forma dulce y
redonda.
Árbol: El Manzano
El árbol del equilibrio:
raíces firmes, ramas abiertas, fruto
ofrecido sin grito.
No da sombra densa.
Da claridad.
Es el árbol que no se impone,
sino que espera que tú estés listo para
recibir… o rechazar.
Territorio:
Climas templados. Tierras que conocen las
estaciones.
La manzana nace donde hay cambio, ciclo,
oscilación.
Y su energía es eso mismo:
nos enseña a vivir entre polos, sin
perdernos en ninguno.
Estación:
Otoño.
La época del balance, del regreso al
centro.
La manzana madura cuando el sol empieza a
irse.
Y nos dice: “Antes de que llegue la noche,
conoce tu luz.”
Fórmula Arquetípica:
· Color: del verde al rojo al dorado → evolución del alma, desde lo inmaduro hasta lo transparente.
· Forma: redondez → totalidad, unidad, ciclo cerrado.
· Sabor: dulce con un borde ácido → la verdad revelada: bella, pero desafiante.
· Textura: crujiente, jugosa → activa el despertar, sacude, refresca.
✨ Mensaje espiritual:
“No huyas del conocimiento.
Ni del deseo.
Ni de ti.
Atrévete a mirar.
Atrévete a morder con conciencia.
Y verás que la caída fue solo parte del regreso.”
Medicina del alma:
Para los que no se atreven a ver.
Para los que temen la decisión.
Para los que viven anestesiados, sin
elegir.
La manzana activa. Despierta. Corta la
niebla.
Ritual de ingesta consciente:
1. Observa la manzana. Su color. Su centro. Su peso.
2. Acércala. No la muerdas aún. Pregúntate:
¿Qué parte de mí está dormida?
3. Agradece al árbol. Al campo. A tu cuerpo.
4. Da el primer mordisco no por hambre,
sino como si entraras a un templo.
5. Mastica sintiendo que despiertas algo.
6. Escucha lo que se revela.
A veces… no son palabras.
A veces… es solo verdad.
Carta simbólica:
"Soy el portal entre la inocencia y
la conciencia.
Mírame, y decide si quieres
despertar."
Preguntas del alma:
· ¿Qué estoy eligiendo no mirar?
· ¿Qué deseo me da miedo porque podría cambiarme?
· ¿Estoy mordiendo desde el ego… o desde la apertura?
· ¿Puedo transformar la caída en camino?
La manzana no es prohibida.
Es sagrada.
Y vuelve a ti no para castigarte,
sino para recordarte que incluso el
error,
puede ser inicio de sabiduría.
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